Encontramos el equilibrio exacto entre la elegancia y la funcionalidad, junto con todo lo que se necesitaba para darle vida a cada rincón de la sala comedor de esta joven pareja con un pequeño hijo. Uno de los retos del proyecto fue crear un espacio con almacenamiento suficiente y un bar atractivo que pudiera ser expuesto sólo para reuniones. La amplitud y equilibrio que proyectan los espejos biselados y la textura del papel decorativo geométrico, contrasta perfectamente con los sillones azules dentro de la propuesta.